La verdad es que hoy pensaba escribir una carta a mis clientes, pero no sé el porque he empezado a ordenar un montoncito de revisitas y folletos que tengo en el mueble del comedor y encuentro dos hojas fotocopiadas de una entrevista que hizo el escritor Gaspar Hernández a Joe Dispenza para la revista "MENTE SANA". Ha cursado estudios de posgrado de neurología, neurofisiología, función cerebral, biología celular, genética, memorización y química cerebral. Y ha dado conferencias ante más de 10.000 personas en 16 países En España ha publicado "Desarrolla tu cerebro: la ciencia de cambiar tu mente" (La Esfera de los Libros). Hoy me apetece ponerla aquí, sé que a alguien le puede ir muy bien y no quiero hacerle esperar... Querido cliente, tu carta en cambio si que puede esperar, además sé que le falta algo... no sé el qué, pero le falta algo... Sé que algunos de vosotros me leéis, y llegará pronto, muy pronto... tan sólo os adelanto una cosa: tenía muchas ganas de seguir tratando con vosotros pero no sabía como hacerlo. Ya he encontrado la manera para que no perdamos el contacto, pero ahora no toca escribir sobre ello y eso que como veis se me va las manos con el teclado...
A continuación os paso el contenido de la entrevista y una pequeña introducción. Joe Dispenza es bioquímico, es un estudioso de la mente y vino a España para hablar del poder que tiene nuestro cerebro para cambiar nuestra forma de ser.
"Es en sí mismo un gran ejemplo de superación. En 1985, cuando montaba en bicicleta, chocó contra un camión. Se rompió seis costillas. El médico le dijo que no podría caminar nunca más. Joe Dispenza no se resignó y decidió que usaría su mente para que su cuerpo mejorara. Y funcionó. Hoy es un hombre atlético, camina a la perfección y no para de contar chistes (me recuerda a mi, je, je...).
Dispenza no es un brujo, ni se dedica al esoterismo. Este bioquímico y doctor en quiropráctica se ha dedicado a estudiar, a raíz de su experiencia, la conexión entre cuerpo y mente para logras cambios. Se hizo famoso a partir del documental "¿¡ Y tú que sabes!?", pasó periodos de estrés y ahora limita sus apariciones. Es un divulgador de lo que denomina "la ciencia de cambiar la mente". Tras casi una década estudiando casos, a nivel internacional, de remisión espontánea como la suya, afirma que "neurológica, biológica y genéticamente, somos lo que pensamos".
Le pregunto cómo puedo crear una nueva realidad para mi vida, y me responde: "A través de tu personalidad. Tu personalidad es cómo tu piensas, sientes y actúas cada día. Cuando cambies tu personalidad, removerás los patrones antiguos de tu vida y creará una realidad completamente nueva". Se trata de crear un "estado de ser" a través de nuestros pensamientos y emociones. No es suficiente pensar que queremos algo, hace falta sentirnos como si ya lo tuviésemos. Explica que el mejor momento del día para imaginar lo que queremos ser es por las mañanas o justo antes de irnos a dormir (así pienso yo también). "En ese momento nuestras ondas cerebrales son más lentas y nos hemos olvidado de quienes somos. Eso mantiene abierta la puerta del subconsciente, donde podemos practicar ser y sentirnos de una nueva manera, más armoniosas con la realidad que nos gustaría crear." El reto, según Dispenza, consiste en mantener el nuevo estado del ser durante todo el día.
Se trata de recordar durante el día qué queremos llevar a cabo o cómo queremos ser. Aplicado al cambio personal, el repaso mental diario sería concebirnos a nosotros mismos en una situación y con un comportamiento diferentes a los que teníamos con anterioridad. Como afirma en "Desarrolla tu cerebro" (Palmyra), en lugar de vernos furiosos, deprimidos, enfermos o en cualquier otro estado que permita que nuestras adicciones emocionales nos gobiernen, podemos practicar, imaginando y sintiendo, lo que sería mostrarse calmados, compasivos o cualquiera de las cosas positivas que queremos llegar a ser. Y la neurociencia ha demostrado que el cerebro registra de igual forma lo que percibimos con los sentidos que con la imaginación. Así se crean nuevas redes neuronales.
El silencio interior es una parte importante de su vida: "Lo logro cuando puedo desocupar mi identidad y entrar en un lugar donde no existe ni el tiempo ni el espacio ni la nada. El cerebro empieza a relajarse y produce unas ondas cerebrales que crean armonía con el cuerpo. Nos sentimos más conectados con la gran energía del universo. Sentimos la emociones más puras del espíritu. La gran inteligencia que nos proporciona la vida empieza a trabajat y a fluir a través de nosotros y estamos conectados y unificados. Esto nos lleva a sentirnos entusiastas, caritativos, dichosos; este es nuestro verdadero estado natural".
Querido Joe, yo no choqué contra un camión, yo me salí de un camino que dejé hace muchos años, cuando todavía era un niño, y ma caí por un "barranco" de pronunciada pendiente. No sufrí ninguna fractura ni hospitalización alguna, pero un día leyendo a Madre Teresa de Calcuta me di cuenta de que mi alma estaba paralítica, no podía "andar"... Estaba postrada en un cuerpo y no paraba de echar las culpas a los demás de mi situación. Poco a poco fui llegando a la conclusión (casi siempre se llega probando), de que si yo cambiaba mi manera de dirigirme o de tratar a otra persona, tenía muchas posibilidades de que esa otra persona se dirigiera o me tratara a mi igual que yo lo hacía con ella. Ya para acabar de redondearlo un buen día leo en el blog de mi amiga y escritora Concha Barbero la manera que tenían de saludarse en la cultura maya. Se saludaban así: "Hola! Yo soy tú"; el otro es tú... trata al otro como te gustaría ser tratado por él. Lo vas probando y te das cuenta de que eso funciona y es mucho más fácil de lo que parece y entonces te acabas por enganchar y si no lo hace te coge el "mono" y te das cuenta de que debes seguir... que importa el que dirán o si piensan que buscas algo (no suele pasarme), eso ya me es igual... Esta alma paralítica ya anda y los que me conocen lo ven, ahora en cuando ponga el punto y final a esta entrada, mi alma cogerá a mi cuerpo de la mano y se lo llevará a caminar, a alimentarse de esa energía que ella necesita, a ver como sale este nuevo día... Y luego lo llevará al centro de estética que tiene mi querida vecina y amiga Caty para que le den una sesión de no se que tipo de masaje. La verdad es que yo suelo confiar en los que saben, para algo habrán estudiado, ¿no? -pienso-. Y tras hacer unas gestiones lo llevará o a ver a mi tío Teo y estar un ratito con él o a la "resi" a ver a mis amigas. Mi alma y mi cuerpo se necesitan, se alimentan mutuamente y van de la mano por la vida, ahora sé que mi vida tiene un sentido que va más allá de mi propio interés egoísta. Pero también sé que debo cuidarme por dentro y por fuera, ahora sé que quizás sea ella esa "mujer de mi vida" a la que escribí una carta hace muy poco. En fin, ahora sé que me gusto como soy y que suelo gustar a los demás, pero eso ya no me preocupa tampoco. Sé que me voy a seguir equivocando muchas veces, muchísimas... pero no me da ningún reparo reconocerlo y si puedo rectificar o compensar de alguna manera mis errores, lo hago sin que me cueste, muchas veces sin que se den cuenta. Ahora sé el por qué tenía que escribir esta entrevista y no la carta a un cliente... y es que si no la hubiera escrito no habría podido escribir esto. Cuando empecé a escribir no sabía que esto iba a acabar así... Ahora ya lo sabes, si quieres cambiar siente que ya has cambiado o prueba durante un día de actuar como si lo hubieras hecho, que por probar no se pierde nada...
josé maría
PD: la cita de hoy: "Recuerda, las costumbres de toda la vida cuestan de eliminar. Ya es bastante difícil reconocer nuestra rabia y nuestros celos, y todavía más, hacer un esfuerzo para reprimir la antigua y conocida marea de sentimientos, o analizar su causa y resultados. La transformación de la mente es un proceso lento y gradual. Es una cuestión de liberarnos, poco a poco, de modelos de costumbres instintivas, dañinas, y familiarizarnos con costumbres que, necesariamente, aportan resultados positivos... a nosotros y a los demás." KATHLEEN McDONALD "Cómo meditar"