Cartas a la tieta:

Querida tieta, hoy no he subido a pasear a la montaña, y es que no lo suelo hacer cuando los niños duermen en casa. A ellos, aunque me digan a veces que soy un poco "pesadito", les gusta que les despierte y a mi también me gusta verles por la mañana, prepararles el almuerzo y despedirme con un beso a cada uno. Tieta, tengo una buena noticia que comunicarte, mi hermano Javier y Berta, su mujer, van a ampliar la familia con dos niños. Todavía no sabemos que viene, pero seguro que serán tan guapos como lo es el hijo que ya tienen, Javierito (ya le cambiaremos el nombre, pues cuando sea un poquitín más mayor no le gustará que le llamemos así...). Tieta, cada hijo es un regalo que nos da la vida y a veces son una oportunidad de replantearnos muchas cosas.

Recuerdo cuando me explicabas que mi hermano vivía en una nube, que cuando venía a verte se ponía a hablar de su negocio de compra-venta de coches y de sus cosas... Tieta, ahora va a tener que bajar de la nube... y yo voy a estar a su lado para ayudarle. Si me he podido dedicarme a ti, también puedo y debo hacerlo por mi querido hermano. Pero con el tiempo he aprendido varias cosas que son fundamentales para ayudar a otra persona:

-Primero: hay que aceptar a la otra persona como es, esto es muy importante porque sino es imposible esa ayuda, pues de una manera u otra estás negando a su propia persona. Ella es como se está mostrando en ese momento y no como a nosotros nos gustaría que fuera. Esa aceptación es la mejor muestra de respeto que le podemos hacer llegar, y el respeto es algo fundamental en cualquier tipo de relación. Sin él, poco se puede hacer...
-Segundo: no valen sermones ni críticas; con estas últimas el otro se puede sentir atacado y cuando a uno le atacan se pone a la defensiva, incluso te puede llegar a ver como a un enemigo. Y los sermones sirven de bien poco, aburren más que otra cosa...
-Tercero: todas las personas tienen algo bueno... hay que buscarlo y mostrar el reconocimiento de esas cualidades, que vea que tú también puedes aprender algo de ella.
-Cuarto: a veces sólo con estar al lado de esa persona es suficiente, y es que no hay nada mejor que el buen ejemplo para poder ayudar a otro. Si tu manera de actuar no es consecuente con tus palabras, ¿qué pretendes transmitir, palabrería?
-Quinto: cada persona a la que ayudas es una oportunidad que te estás dando para ser mejor, es un regalo que te haces a ti mismo.

Tieta, hace más de veinte años me acuerdo de cuando mi hermano, mientras yo tan sólo pensaba en divertirme, dedicaba parte de su tiempo a ir al "cotolengo" a dar de comer a personas desahuciadas por diversas enfermedades o accidentes. O un verano, que estuvo pasando unos días de vacaciones en una casa en el campo ayudando a chicos que tenían problemas con las drogas, incluso subí a verle. Recuerdo como atendió a nuestros padres hasta el final, fue el último en irse de casa de los papás (es el menor de los cinco hermanos) y tanto con mamá como con papá se desvivió por ellos. Tiene mucho mérito, en eso ha sido para mi un maestro y yo le admiro... También recordaré siempre, el día en que le dije que tenía problemas con mi mujer. Quedaban unos o dos días para acabar el año y él andaba muy liado con una macro-fiesta que organiza cada año en noche vieja. Yo no sabía a quien acudir y fui a verle, le vi muy liado, como ya he dicho, y le comenté que era igual... que ya hablaríamos en otro momento y él me dijo que primero era su hermano, que todo lo demás en ese momento le importaba muy poco. Lloro cuando escribo esto, y es que le quiero pedir perdón porque le he criticado, y mucho... como si yo fuera mejor que él. Me dijo aquel día que le gustaría tener una familia como la que tenía yo, pero yo lo estropeé todo... Querido hermano Javier, quiero que sepas que en este momento todo lo demás me importa muy poco(mejor dicho, que tú ahora estás el primero en la lista de las personas que me importan). Quiero verte feliz con tu mujer y tus hijos y haré todo lo que pueda para ayudarte, tan sólo tienes que pedírmelo.

Querida tieta, te estoy inmensamente agradecido, me has ayudado tanto... mucho más que yo a ti. Cuidarte ha sido mi mejor terapia... te fuiste en el momento justo, cuando sabías que ya no te necesitaba. Y yo no entendía porque te aferrabas tanto a la vida si no podías disfrutar de ella. Ahora lo entiendo todo... tu querías mucho a mi hermano, era tu ahijado, tu "preferido"... y te vas cuando él me necesita. Tieta, la vida es como un inmenso puzzle cuyas piezas van encajando día a día; yo, que estuve demasiado tiempo sin colocar ninguna o colocándolas donde no debía, ahora iré poniéndolas bien, no quiero que cuando me vaya de aquí queden piezas por colocar, ni que ninguna quede en el lugar que no le corresponda.

Me despido de tí con un beso muy grande,

chiqui

No hay comentarios: