"Carta a una amiga"

Querida amiga, recuerdo que mi amigo Joman, él vive en Elda, mantuvo más de una vez conversaciones teléfonicas de más de una hora como la que hemos mantenido tu y yo. Le preguntaba muchas cosas porque yo quería saber, pero entonces todavía no estaba preparado para absorver lo que él me quería transmitir. Ahora parece que todo lo que indagué y busqué en otros por fin ha aparecido de golpe en mi. Yo sólo estoy haciendo contigo lo que otros hicieron conmigo, devolver lo que otros me dieron... que no es otra cosa que despertar la sabiduría que había en mi, y es que yo tenía muchas ganas de saber por que me pasaba lo que me pasaba. Ahora ya lo sé y aún así, aveces todavía tropiezo en alguna piedra que aparece en mi camino. La suerte que ahora tengo es que cuando eso pasa, consigo agarrarme a un árbol o escuchar de un pajarito unas palabras mágicas. Si observas bien, en la naturaleza están las respuestas a muchas de las preguntas que nos hacemos, pero para eso hay que estar conectado con ella, y yo sé que tu lo estás... Siento mucho lo de tu amigo, que se ha ido mientras vivía en un lugar que él mismo llamaba "el paraíso"; a mi esta dolorosa situación me sirve para pisar todavía con más seguridad si cabe, el camino que esta nueva etapa de mi vida me está abriendo. Te deseo lo mejor, sabiendo que en tu vida eso todavía está por llegar y teniendo la más absoluta certeza de que así será...

Un beso, un abrazo y una sonrisa mías te llegarán cuando leas esto

josé maría

1 comentario:

Rosa Sánchez dijo...

Hola, José Mª:
Emotiva carta. La verdad es que la vida nos enseña siempre: a veces tropezando, y otras de manera más amable. Pero todo es aprendizaje, todo lo que nos pasa es necesario porque nos sirve para seguir creciendo.
Por lo tanto, como decía Elisabet Kübler-Ross:

Todo el mundo sufre contratiempos en la vida. Cuanto más numerosos son más aprendemos y maduramos.

La adversidad sólo nos hace más fuertes.

Cuando se aprende la lección, el dolor desaparece.

Un saludo y buen fin de semana.