Carta a un "cigarrillo":

Se ha acabado ya nuestra relación... he decidido de una vez por todas dejarte del todo. Yo nunca había sido un fumador empedernido, sino más bien lo que se conoce como "fumador social"; es decir, fumaba de los demás... bien si me invitaban o lo que vulgarmente se conoce como "gorrón". Pero hace unas semanas empecé a comprar tabaco y a fumar de forma habitual. Estoy en un proceso de cambios muy importantes en mi vida, cambios de manera de vivir, de ver las cosas desde otro prisma completamente diferente a como las veía... Estoy viviendo la vida como una aventura en la que cada día descubro cosas nuevas, en cada rincón, cada persona, cada segundo, pasa algo nuevo y diferente... por mucho que nos empeñemos en pensar que la vida es una rutina, he descubierto que no es así. Lo que sí que es una rutina repetitiva y cansina es la manera que tenemos de ver las cosas, cuando te conviertes en un "observador" de lo que acontece a tu alrededor, te das cuenta de que nunca pasa los mismo dos veces y también nunca nada se repite sin que alguna circunstancia sea diferente...

Pues bien, me he estado aferrando a ti... he tenido que sentir lo que siente alguien que está enganchado al tabaco para saber que tenía que dejarlo de verdad y para siempre. Esa ansiedad de pensar que si no lo tienes cerca no puedes seguir con lo que estás haciendo, de tener que salir a comprar o pedirle a alguien... Ahora mismo, yo estaría fumando varios cigarrillos mientras estoy escribiendo esta carta. Llegué a pensar que estaba pasando a formar parte de ese inmenso número de personas que saben que el fumar no es bueno y quieren dejarlo pero no pueden, aunque en el fondo no "quieren", creo yo...

Como suelo hacer cuando veo que algo me supera y creo que no puedo o no veo la salida a la situación, busco ayuda externa. En este caso siempre había presumido de que fumaba cuando quería y que nunca estaría "enganchado" al tabaco, pero al final caí en mi propia trampa. Acudí a un acupuntor que conocí por "casualidad" cuando estaba ayudando con la mudanza a un amigo que se cambiaba de vivienda. Tengo que decir que las agujas no me gustan mucho, pero realmente fue como me contaron, no se siente casi nada. Después de la primera sesión he seguido fumando, pero realmente me bajó mucho el grado de ansiedad. Antes siempre me lo tomaba como un reto, diciendo delante de los demás que ese sería el último cigarrillo y esas cosas que solemos hacer de cara a la galería. Pero esta vez no fue así, mientras estaba fumando el último cigarrillo que me quedaba del último paquete que compré, decidí con absoluta calma y tranquilidad que ese sería seguramente el último cigarrillo que me iba a fumar...
Desde entonces, hace tan sólo dos días, me han ofrecido y he dicho que no... que ya no me servía lo que hacía hasta ahora, que lo dejaba del todo, y lo rechazo con absoluta normalidad también.
Me quedan dos sesiones más de acupuntura que las pienso completar, y es que invertir en uno mismo es la mejor inversión que se puede hacer. Querido cigarrillo, a partir de ahora seguiré observando como te fuman otros, sin pensar que yo soy más que ellos porque he conseguido dejar de hacerlo...

josé maría

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