¿Podrán seguir sonriendo?

¿Qué mundo les vamos a dejar a estos niños, a los tuyos, a los míos...?
De repente nos ha entrado el miedo viendo lo que está pasando en Japón con el tema de la central nuclear. Hemos ingeniado máquinas que no podemos controlar y que tienen una capacidad mortífera que creo no compensa los beneficios que nos reportan. Aquí, a ciento cincuenta kilómetros de donde vivo tengo una, y ¿quién me asegura que no puede pasar algo parecido?. Está claro que la naturaleza puede acabar con el hombre porque es mucho más poderosa que él, pero que el propio hombre pudiera acabar consigo mismo... es triste, muy triste...

Y ¿qué podemos hacer? TODO o NADA, creo que ahora ya no valen medias tintas, ya no vale hacerse el que no sabe nada o no va con él, ya sabemos demasiado... Quizás el día en que digamos ¡basta!, ya sea tarde... entonces no sabremos que decirles a nuestros hijos. Entonces lloraremos por ellos y por nosotros, por lo que pudimos haber hecho y no hicimos... Entonces viviremos en nuestras propias carnes el dolor más horrible de todos, nuestro egoísmo y las ansias de poder de unos cuantos nos habrán derrotado a TODOS.

josé maría



1 comentario:

MAR dijo...

Y lo más triste como tú dices son los niños...inocentes que tienen que sufrir por la ambición de algunos mayores.
Un abrazo para ti y para el mundo entero amor y tolerancia entre muchas cosas más.
mar